jueves, febrero 09, 2006

feAr

Odio el egoísmo intrínseco que hace que me olvide de que hay cosas mucho más importantes. Me estreso, reniego, me irrito, farfullo, cuando muchos están peor. Y ahora no hablo de males mundiales, sino de los que están a mi alrededor. Esos que de verdad tienen problemas mayores que tiritar de pánico ante un examen que será pasado en cuestión de horas. Los que temen el fin. Su fin. El problema. Lo único por lo que merece la pena llorar, según mi abuelo…

Yo no tengo miedo a mi fin. Tengo miedo al fin de los demás. A no llorar lo suficiente por las causas importantes.

No hay comentarios: