biO-GrAfiAndO
Tengo cierta tirria a las biografías. Me inspiran cierta sensación de autosuficiencia del propietario en cuestión que me repatea, y si son auto-idem, ya ni lo cuento. En esta línea se mantuvo mi primer contacto con el último Nobel de literatura (Orhan Pamuk, por si a alguien le interesa y además no lo sabe). Tuve la mala fortuna de intentar introducirme en su obra con Estambul, que resultó ser un tostonazo considerablemente pedante acerca de sus profundos pensamientos a la tierna edad de cuatro/cinco años (seguramente el libro avance más en el tiempo, pero yo no pasé de ese punto).
No me lo creo. Cuando el niño Orhan tenía cinco años sería como el resto de los infantes, es decir: ¡Oh! ¡Mamá! ¡Una piedra! y no (y cito textualmente): Podía percibir las huellas de una civilización magnífica pero agotada y que ya había quedado atrás en la extraordinaria puerta de hierro despintada de un enorme palacete, o en las contraventanas que aún no había ardido de otro... No sé si me explico.
Una pena porque, por lo visto, sus novelas están muy bien, pero ahora mismo me seducen menos que un botijo. Lo siento Pamuk, lo intenté.
Sin embargo hay una biografía que me apasiona, que me produce una sensación de fascinación, de interés e incluso de intriga: Frida Kahlo.
Aunque se sepa mucho sobre su vida, jamás nadie conocerá su interior. Y me gusta, porque a veces tengo esa sensación conmigo misma. Probablemente le pase a todo el mundo, pero prefiero pensar que Frida y yo somos especiales.
No me lo creo. Cuando el niño Orhan tenía cinco años sería como el resto de los infantes, es decir: ¡Oh! ¡Mamá! ¡Una piedra! y no (y cito textualmente): Podía percibir las huellas de una civilización magnífica pero agotada y que ya había quedado atrás en la extraordinaria puerta de hierro despintada de un enorme palacete, o en las contraventanas que aún no había ardido de otro... No sé si me explico.
Una pena porque, por lo visto, sus novelas están muy bien, pero ahora mismo me seducen menos que un botijo. Lo siento Pamuk, lo intenté.
Sin embargo hay una biografía que me apasiona, que me produce una sensación de fascinación, de interés e incluso de intriga: Frida Kahlo.
Aunque se sepa mucho sobre su vida, jamás nadie conocerá su interior. Y me gusta, porque a veces tengo esa sensación conmigo misma. Probablemente le pase a todo el mundo, pero prefiero pensar que Frida y yo somos especiales.







1 comentario:
Chica, realmente coincidimos en muchas cosas. La primera vez que cayó una biografía sobre mis manos de esta pasional dama fue un verano en el que desempeñaba mi labor de niñera cerce de la calle Orense. Mi jornada era intensiva, vamos que estaba interna. Cuando los niños se calmaban y jugaban yo me dedicaba a la lectura. Fue el verano de la Hierba roja de Boris Vian y otros libros que me recomendaba la madre de los monstruitos, una persona con muy buen criterio. Fue ella quien me dejó una biografía de Frida Kahlo, que constaba de pinturas y dibujos, que no me eran desconocidos porque a mi madre le gustaban y también admiraba a esta pintora, y de la nutrida correspondencia que permitía hilvanar los hechos que marcaron la vida de esta gran mujer y que plasma la fuerza de sus pinturas. Desde ese verano estoy hechizada por la vida de esta Mexicana de ojos tan expresivos y ya son dos las biografías que me he leido de ella, esperando encontrar otra para volver a caer rendida ante la historia de esta dama rota. No he leido otras biografías, salvo que en la introducción de algún libro hablen de la vida del autor, ya que no me llaman la atención.
De nuevo, gracias por recordarme a la gran Frida y darme unos minutejos de relax en esta jornada de estudio.Besos.
Publicar un comentario