miércoles, diciembre 27, 2006

historias navideñas

Pues lo mismo de siempre. Turrones, asados, langostinos y si hay suerte, el día 31 bacalao. Poco que contar que no vayan a sufrir los demás. De compras relativamente poco estresantes, Pucelandia es más soft que Mandril, llamadas cordiales, sms horteras, mails comunales.

Navidad. De pequeña sí me gustaba, reuniones y regalos. Cuando Navidad se convirtió en el anuncio del Almendro, que, gracias a dios, este año no he visto, volver a casa por Navidad era también divertido. Las primeras Navidades que vine de Mandril fue una gozada. Frío y niebla, las cosas que se echan de menos. Ahora ya no sé dónde está mi casa.

El año pasado ya se sabe, y éste, mejor ni mencionarlo. No quiero escribir una historia insulsa o lamentarme de lo que no tiene solución. Tampoco quiero contar cuentos que son comunes para todos. Simplemente un estoy triste, herencia de otros depresivos familiares; un os echo de menos, herencia de mi propia esencia; un Te echo de menos, fruto de días importantes sin el Más importante.

Navidad me sigue provocando nervios, las luces con el frío, emoción, pero sé que ya sólo es un recuerdo, y que en un par de años se habrá disipado del todo...

Mañana o pasado intentaré escribir una lista. Aún no he decidido si de propósitos, deseos, quejas, recuerdos o promesas. Espero volver pronto. Un abrazo a todos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un topicazo, pero al menos en navidades deberia haber un dia, al menos uno, donde todos fuesesmos un poquito más felices, donde no hubiera tristezas, ni problemas
Por mi parte te recomiendo buenas comidas, mucho chocolate, ver a antiguos amigos q aun estan ahi, largas siestas, algo de fiesta, dejar de ver telediarios y leer periodicos, en definitiva: desconectar, sienta genial a veces :)
MUchos besos

Anónimo dijo...

Yo también te echo de menos... no sabes cuánto! :(